MÉXICO A LA MESA DIGITAL: EL BOOM DEL ECOMMERCE DE ALIMENTOS
México vive un boom digital en el consumo de alimentos. Cada vez son más los hogares que, con un clic, hacen llegar la despensa a su puerta.
El nuevo carrito del súper es una app
México vive un boom digital en el consumo de alimentos. Cada vez son más los hogares que, con un clic, hacen llegar la despensa a su puerta. Datos recientes revelan que casi el 30% de los mexicanos de 16 a 64 años compra comestibles en línea semanalmente. Este hábito explica por qué el comercio electrónico total creció 20% en 2024, a 789,700 millones de pesos, consolidando a México como el mercado de mayor dinamismo global en ventas online. Según la AMVO, el e‑commerce equivale ya al 13.4% del gasto de consumo de los mexicanos, aunque predominan otras categorías (casi 68% compran comida preparada en apps de delivery y 62% moda online).
La penetración de Internet, cercana al 83%, y el uso casi universal de smartphones (80% de la población) han sido motores de este crecimiento. Sin embargo, las compras de despensa y abarrotes aún no arraigan del todo: menos del 35% de los usuarios online adquieren regularmente productos básicos. Esto indica que el comercio electrónico de alimentos crece desde una base baja, con enorme potencial por delante, impulsado por nuevos hábitos pospandemia.
Refrigeración urgente: la batalla invisible de la cadena de frío
El auge del e‑commerce de alimentos impone retos logísticos inéditos. El transporte refrigerado es hoy estratégico: como advierte José Carlos Gómez (de Thermo King), “un envío que no garantice temperaturas adecuadas puede perder su valor en minutos”. Asegurar la cadena de frío desde las cámaras de refrigeración hasta la última milla es vital para mantener frescos lácteos, carnes, frutas y verduras.
De hecho, la demanda global de logística refrigerada crece a ritmo vertiginoso: se estima que el mercado de cadena de frío alcanzará 427.6 mil millones de dólares en 2030, de los cuales el 77% corresponde a alimentos y bebidas. Esto ha obligado a las empresas a invertir en flotas especializadas, embalajes térmicos avanzados y soluciones de monitoreo digital. Sensores IoT permiten hoy rastrear en tiempo real la temperatura y ubicación de cada pedido, mitigando riesgos en cada enlace. La eficiencia térmica dejó de ser un lujo para convertirse en un diferenciador clave: sin ella no hay e‑commerce de perecederos viable.
Última milla, primer gran obstáculo
La última milla y la infraestructura de distribución representan otro gran desafío. Aun con inversiones históricas en lockers, drones y centros de distribución, persiste una brecha urbano‑rural notable. Las zonas metropolitanas concentran la mayoría de envíos exprés, mientras que en pueblos alejados las entregas tardan más o simplemente no llegan.
A esto se suma la reticencia cultural: el mexicano promedio aún confía poco en comprar alimentos sin verlos y usa mucho efectivo. Solo 3 de cada 10 compran despensa online, frente a 9 de cada 10 que lo hacen en tiendas físicas. Aparecen soluciones híbridas. Un ejemplo es OXXO Pay: el sistema de depósito en tiendas OXXO brinda un puente entre el efectivo y lo digital para acceder a compras en línea. OXXO incluso comenzó a tramitar la marca “OXXO Delivery”, integrándose a la revolución del reparto a domicilio y compitiendo no solo con otras tiendas, sino también con apps como Rappi o Uber Eats.
Inteligencia artificial en tu carrito
La tecnología redefine el negocio de los alimentos en línea. Grandes jugadores incorporan IA, IoT y blockchain para optimizar cada etapa. Algoritmos de inteligencia artificial mejoran los pronósticos de demanda y rutas de entrega. Rappi, por ejemplo, adquirió una startup de IA para anticipar pedidos y reducir desperdicio. Su servicio “Turbo” promete entregas de miles de productos en menos de 10 minutos.
El Internet de las Cosas (IoT) conecta camiones y contenedores en una red inteligente. En los almacenes mexicanos se monitorean temperatura y ubicación en tiempo real. Blockchain, por su parte, garantiza trazabilidad completa de los productos, desde su origen hasta la entrega, fortaleciendo la confianza del consumidor en sus alimentos.
Casos de éxito: innovación a la mexicana
Empresas mexicanas han tomado la delantera en esta transformación. Jüsto, el primer supermercado 100% digital del país, opera con cámaras de refrigeración propias y sin intermediarios. En cinco años, ha crecido en varias ciudades del país y se prepara para escalar aún más.
En delivery, Rappi ha conquistado al usuario mexicano. Más del 65% de los mexicanos ya usan apps de entrega semanalmente. Su apuesta por entregas ultra-rápidas, vehículos eléctricos, drones y tecnología predictiva la posiciona como líder regional.
OXXO, por otro lado, ha comenzado a tender puentes entre su vasta red física (más de 17,000 tiendas) y lo digital. A través de OXXO Pay y su futura plataforma de delivery, transforma su modelo de conveniencia física en una red logística a pie de calle.
Y en la industria pesada, Grupo Bimbo ha apostado por flotas eléctricas, plataformas de análisis de datos y rutas optimizadas. Con 58,000 rutas diarias, la panificadora más grande del mundo fue premiada por su uso estratégico de tecnología en logística.
Entregas verdes: sostenibilidad con sentido
La sustentabilidad se vuelve imperativa. La electrificación de flotas ya no es solo un compromiso ambiental, sino una decisión de negocio inteligente. Un camión eléctrico tiene entre 25% y 40% menos costo de mantenimiento que uno diésel. En ciudades, el ahorro operativo y la reducción de emisiones hacen cada vez más viable el cambio.
Empresas logísticas en México están ajustando rutas, usando IA para reducir millas recorridas y adoptando políticas ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) como parte de su estrategia. Hoy, los consumidores (sobre todo los más jóvenes) valoran si su entrega es rápida, pero también si es limpia.
¿Y ahora qué? El futuro ya llegó
El e‑commerce de alimentos en México aún tiene mucho camino por recorrer. Se proyecta un crecimiento anual sostenido del 20–30%. La mayoría de los compradores ya usan canales híbridos, comprando tanto en línea como en tienda. Aparecen nuevos formatos: membresías de entrega, realidad aumentada para elegir fruta, chatbots para gestionar pedidos, y más.
Las fronteras también se diluyen. El 80% de los compradores digitales mexicanos ya adquiere productos del extranjero. Las plataformas que logren integrar operaciones globales con entregas eficientes locales tendrán una ventaja decisiva.
Pero el éxito no se medirá solo en pesos vendidos, sino en cuántas brechas se logran cerrar: entre campo y ciudad, entre generaciones, entre lo físico y lo digital. El e‑commerce alimentario puede redefinir la forma en que comemos, compramos y vivimos. El reto es hacerlo con eficiencia, con equidad, y con conciencia.
