NOTICIAS

EL RETO DEL SAME DAY DELIVERY: CUANDO EL ALMACÉN DECIDE SI GANAS O PIERDES AL CLIENTE

Entregar en cuestión de horas dejó de ser un lujo. Hoy es el nuevo campo de batalla del e-commerce en México y el mundo.

Un consumidor que ya no acepta esperar

Hace pocos años, “entrega rápida” significaba recibir un paquete en dos o tres días. Hoy, para millones de compradores digitales, eso suena lento. El estándar que están imponiendo Amazon, Mercado Libre y las grandes cadenas es claro: que el pedido llegue el mismo día o, máximo, al día siguiente. De acuerdo con el Estudio de Venta Online 2024 de la AMVO, siete de cada diez mexicanos buscan resolver sus compras de la forma más rápida posible y la rapidez de entrega se encuentra entre los factores que más pesan al elegir una tienda en línea. Otros análisis citados por la propia AMVO muestran que alrededor de 76 % de los compradores digitales prioriza la velocidad de envío al decidir dónde comprar, y que 43 % abandona su carrito si ve tiempos de entrega superiores a tres días.

En este contexto, el same day delivery deja de ser un “plus” para convertirse en un requisito competitivo. La promesa de “lo recibes hoy” no solo atrae clics, también construye o destruye la confianza del cliente. Una entrega cumplida en horas se traduce en mayor lealtad y recompras; un atraso o incumplimiento se convierte en reseñas negativas, devoluciones y cambio de proveedor.

El almacén deja de ser bodega y se vuelve centro de respuesta inmediata

Para cumplir con entregas en el mismo día, el almacén debe operar a una velocidad completamente distinta a la tradicional. Ya no basta con almacenar inventario y preparar pedidos de forma secuencial. Ahora debe funcionar como un centro de fulfillment de alta agilidad, capaz de procesar miles de órdenes en lapsos muy cortos.

Cada pedido atraviesa una cadena crítica que incluye validación, localización del producto, picking, empaque, etiquetado y asignación a ruta. Si alguna etapa se detiene, toda la promesa de entrega inmediata se rompe. Por ello, muchas empresas reorganizan sus operaciones internas con:

  • Zonas de picking optimizadas para reducir recorridos.
  • Automatización y herramientas robóticas que aceleran la preparación.
  • Sistemas de gestión en tiempo real que conectan inventario, almacén y transporte.

En temporadas de alta demanda, como promociones o festividades, la presión aumenta. Millones de órdenes confluyen en pocos días y el almacén puede convertirse en cuello de botella o en impulsor del desempeño logístico, dependiendo de qué tan bien esté preparado.

La última milla: el tramo decisivo y más costoso

La entrega en el mismo día exige una última milla altamente eficiente, pero esta suele ser la fase más compleja de toda la operación. El tráfico, las restricciones de movilidad, las zonas difíciles de acceder, las direcciones incompletas y las entregas fallidas elevan significativamente el costo y la dificultad del proceso.

Además, la necesidad de velocidad hace que muchas rutas pierdan eficiencia tradicional. En lugar de llenar un vehículo y optimizar kilómetros, se prioriza el cumplimiento del tiempo prometido, incluso si implica enviar vehículos con menos carga. Para enfrentar este reto, las empresas recurren a:

  • Ruteo dinámico según condiciones de tráfico.
  • Seguimiento en tiempo real para anticipar retrasos.
  • Redes colaborativas con motocicletas y bicicletas eléctricas en zonas urbanas.

La precisión de esta etapa define la experiencia del cliente. Una última milla bien ejecutada puede compensar cualquier reto previo; una mala entrega puede arruinar toda la experiencia de compra.

México y Latinoamérica: un laboratorio de entregas exprés

El crecimiento acelerado del comercio electrónico en la región ha impulsado a las empresas a adoptar modelos logísticos más ágiles. Surgen soluciones como micro-fulfillment centers dentro de las ciudades, dark stores dedicadas únicamente a pedidos en línea y sistemas híbridos que permiten recoger pedidos en tienda en cuestión de horas.

También se expanden las alianzas con plataformas de última milla, lo que permite ofrecer ventanas de entrega inmediata sin invertir en toda la infraestructura propia. Al mismo tiempo, la creciente competitividad del mercado empuja a los comercios a elevar su nivel de servicio para no quedar atrás frente a la demanda creciente de entregas rápidas.

La factura de la rapidez y el reto de la sostenibilidad

Ofrecer entregas same day implica costos significativamente más altos frente a los modelos tradicionales. Inventario distribuido, personal adicional, servicios exprés y tecnología avanzada aumentan los gastos operativos. Sin embargo, este costo suele verse como una inversión estratégica, ya que la velocidad eleva la conversión y fortalece la relación con el cliente. A la par, surge la exigencia de hacerlo de forma responsable. Más entregas urgentes pueden significar más emisiones y más residuos si no se adoptan prácticas sostenibles. Por ello, empresas en México y la región exploran flotas eléctricas, bicicletas de carga, lockers urbanos y empaques reciclables para equilibrar velocidad e impacto ambiental.

Rapidez, eficiencia y sostenibilidad, el nuevo equilibrio logístico

El same day delivery se ha convertido en una de las competencias clave del comercio electrónico moderno. La capacidad de entregar un pedido en horas depende de un almacén altamente reactivo, una última milla precisa y un sistema logístico que equilibre rapidez, costos y responsabilidad ambiental. En un mercado donde el consumidor exige inmediatez, las empresas que logren dominar este equilibrio tendrán una ventaja significativa. La promesa de “lo recibes hoy” ya no es una tendencia pasajera, sino el nuevo estándar que define la experiencia digital y la lealtad del cliente.