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LOGÍSTICA A TODA MÁQUINA… ¿Y EL PLANETA MARCHA ATRÁS?

El sector de la logística tuvo su auge a finales del siglo XX y ha ido creciendo hasta la actualidad. Los modelos de negocio y las nuevas tendencias de consumo, influenciados por el ecommerce, han permitido el crecimiento del sector de la mano con la globalización.

Estas tendencias han beneficiado el comercio exterior a nivel global y han permitido a nuestro país grandes oportunidades de crecimiento económico; sin embargo, la contaminación ambiental y el deterioro del planeta se han visto agravados por estos cambios sociales. A lo largo de este artículo, estaremos exponiendo el por qué el sector logístico contribuye a la contaminación del medio ambiente y las acciones que se están tomando para evitarlo.

La logística es una industria muy amplia, y cuando hablamos de su impacto en el medio ambiente y en la búsqueda de soluciones para ecologizar el sector, no estamos hablando únicamente de sus diversos medios de transporte, esta búsqueda al cambio también engloba la industria del almacenamiento y del empaque y embalaje de las mercancías. Si bien sabemos que el sector es fundamental para el funcionamiento de la economía, pero a su vez es uno de los mayores contribuyentes al cambio climático.

 

¿Cómo impacta al cambio climático?

El transporte es considerado el primer consumidor de productos petrolíferos, así como también encabeza la emisión de gases de efecto invernadero.

Entre sus principales contribuyentes al cambio climático encontramos: la contaminación del aire, la contaminación del agua, el ruido, la destrucción de la capa de ozono, entre otras. Incluso, el transporte marítimo ha sido causante de diversas catástrofes medio ambientales, a causa de los petroleros que se han hundido y han dejado daños en los océanos y las costas.

El transporte por carretera se estima que representa aproximadamente el 18% de las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial. Cada tonelada de carga transportada en camión emite entre 62 y 150 gramos de CO₂ por kilómetro.

Según el departamento EPA (Environmental Protection Agency) en Estados Unidos, estima que más del 30% de los residuos sólidos urbanos están relacionados con empaques logísticos.

La basura que generan los empaques de los envíos y sus residuos son un gran detonante en el cambio climático; estimaciones de Oceana demuestran que, durante el 2021 en la Ciudad de México, el comercio electrónico produjo 86 mil toneladas de desechos plásticos, lo que equivale a 29 camiones de basura llenos de plástico por día. Esto provocó que el gobierno gastara más de 53 millones de pesos en gestionar la basura plástica generada por el comercio electrónico.

El consumo de energía eléctrica en los centros de distribución para sistemas de iluminación y refrigeración pueden llegar a consumir entre 50 y 200kWh por metro cuadrado al año; en promedio el consumo bajo en un centro de distribución equivale al consumo de 167 casas, mientras que un almacén con alto consumo de energía eléctrica puede representar el consumo de más de 600 casas.

 

Medidas que se están implementando

Este proceso de transformación ecológica en la logística busca reemplazar los combustibles fósiles por energías renovables que permitan reducir el impacto de la contaminación.

La actualización o modernización de ciertos aparatos en los centros de distribución y los almacenes han permitido reducir el consumo energético en ellos, incluso, la buena administración y la automatización de procesos permiten reducir a la empresa costos en cuanto a energía eléctrica.

En temas de empaque y embalaje, se opta por opciones recicladas, la mayoría de sus bolsas plásticas y sus cajas son hechas de materiales reciclados. Sin embargo, algo en lo que aún trabajan las compañías es en producir empaques que sean del tamaño de la mercancía, esto generará un ahorro incluso en la cantidad de viajes, ya que, al ser los envíos del tamaño de la mercancía, permiten que se ocupe menos espacio que puede ser utilizado para más paquetes.

El gobierno ha implementado nuevas normativas que regulan la contaminación por uso de plástico, imponiendo multas económicas a aquellos establecimientos que no se apegaran a la ley. Un ejemplo es la reforma a la Ley de Residuos Sólidos, la cual prohíbe la entrega de ciertos plásticos de un solo uso, incluyendo cubiertos, en servicios de entrega a domicilio (delivery).

El sector del transporte en la logística es el más alarmante, las compañías han sumado esfuerzos para renovar la flota poco a poco a vehículos híbridos o eléctricos que generen menos emisiones de dióxido de carbono. Al igual como se mencionaba anteriormente, se están desarrollando vehículos (barcos, camiones, trenes) que puedan funcionar por medio de energías renovables.

 

 La sostenibilidad se ha vuelto un componente esencial en toda la cadena logística, incluyendo puertos marítimos, terrestres y aéreos. La planificación desde el punto de vista medioambiental es uno de los principales objetivos de las empresas hoy en día que busca sumar a una logística verde.