LOCKERS INTELIGENTES Y PUDOS: LA NUEVA APUESTA DEL ECOMMERCE EN MÉXICO
Según cifras de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), en 2024 el comercio digital superó los 690 mil millones de pesos en ventas, con una base de consumidores que crece año tras año.
La última milla bajo presión
El comercio electrónico en México se ha convertido en uno de los motores de crecimiento más dinámicos de la economía. Según cifras de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), en 2024 el comercio digital superó los 690 mil millones de pesos en ventas, con una base de consumidores que crece año tras año. Sin embargo, este auge no llega sin retos. Uno de los más importantes sigue siendo la llamada “última milla”, el tramo final en el que un paquete viaja desde el centro de distribución hasta la puerta del cliente.
Este segmento es crítico porque concentra gran parte de los costos logísticos. Se estima que representa más de la mitad de los gastos totales de entrega y también es donde suelen presentarse los mayores problemas: tráfico urbano, direcciones inexactas, ausencia de los compradores en casa, intentos fallidos de entrega y robos en zonas de menor seguridad. Resolverlo es esencial para garantizar la rentabilidad de las empresas y la satisfacción de los clientes. En este contexto, los lockers inteligentes y los puntos de recogida, mejor conocidoscomo Pick Up and Delivery Options (PUDOs), han comenzado a aparecer como soluciones innovadoras que prometen transformar la logística urbana.
¿Qué son y cómo funcionan estos sistemas de entrega?
Los lockers inteligentes son casilleros automatizados que permiten a los consumidores recoger sus paquetes en cualquier momento del día. Una vez que el repartidor deposita el pedido en un compartimento, el cliente recibe un código QR o un número PIN que le da acceso a su compra. Se trata de un sistema pensado para evitar entregas fallidas y ofrecer flexibilidad a usuarios que no suelen estar en casa durante horarios laborales.
Los PUDOs, por su parte, se basan en alianzas con comercios locales como papelerías, tintorerías o tiendas de conveniencia que actúan como puntos de entrega y recolección. La simplicidad de este modelo ha permitido su rápida expansión, ya que aprovecha la infraestructura de negocios ya establecidos sin necesidad de costosa tecnología. Aunque ambos sistemas son distintos, en realidad se complementan. Mientras los lockers ofrecen una experiencia de autoservicio alineada con hábitos digitales, los PUDOs brindan cercanía, confianza y cobertura territorial.
Lo que México puede aprender de Europa y EE.UU.
México no está inventando el modelo. En otras partes del mundo los lockers y PUDOs llevan años funcionando con éxito. En Polonia, la empresa InPost ha desplegado más de 22 mil casilleros que se han integrado plenamente a la rutina de los compradores urbanos. En España, Correos ofrece los “CityPaq”, instalados en supermercados, universidades y estaciones de metro, lo que ha convertido el autoservicio en parte de la vida cotidiana. Amazon, en Estados Unidos, lleva su estrategia aún más lejos con Amazon Hub Locker, presente en farmacias, gasolineras y tiendas de autoservicio, convirtiéndose en una pieza central de su propuesta omnicanal.
Estos casos demuestran que la clave está en la escala y la integración. Una vez que los consumidores se acostumbran a estas opciones, las perciben no solo como conveniencia sino como un estándar indispensable de la experiencia de compra.
México en movimiento: avances, tropiezos y estrategias
El mercado mexicano ha tenido un arranque más pausado, aunque con pasos firmes de distintos jugadores. Amazon instaló sus primeros lockers en 2019 y hoy los distribuye en centros comerciales, universidades, tiendas OXXO y estaciones de servicio, principalmente en grandes ciudades como Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara y Querétaro. El proceso de recogida es sencillo y ha generado una base creciente de usuarios fieles.
Estafeta, en cambio, probó un piloto de lockers en 2021, aunque pronto reconoció que la adopción cultural aún era un obstáculo. Por ello, centró sus esfuerzos en desarrollar una red de PUDOs, incluyendo comercios pequeños y tintorerías, con resultados más alentadores. DHL, por su parte, ha implementado lockers y kioscos de autoservicio en diferentes estados, desde Sonora y Chihuahua hasta Jalisco y Veracruz, lo que amplía las opciones de autoservicio más allá de las grandes capitales. Finalmente, 99minutos, una startup de logística urbana, ha apostado casi por completo por el modelo de PUDOs con su red Punto99, que yacuenta con miles de puntos de recogida y devoluciones en comercios de barrio.
En conjunto, estos ejemplos muestran que no existe un único camino. Mientras algunos apuestan porla infraestructura tecnológica de los lockers, otros prefieren la escalabilidad y el bajo costo de los puntos de recogida.
Obstáculos y oportunidades: ¿qué frena su expansión en México?
A pesar de sus beneficios, la adopción de estas soluciones en México aún enfrenta barreras importantes.
- Regulación insuficiente: no existen normas claras para instalar lockers en vía pública, lo que obliga a colocarlos en espacios privados como plazas o universidades.
- Seguridad: el vandalismo y el robo limitan la confianza de los usuarios y encarecen la operación.
- Inversión elevada: cada casillero puede costar decenas de miles de dólares, y para ser rentable necesita alcanzar un nivel de ocupación mínimo de 70%.
- Cultura de consumo: el comprador mexicano todavía prefiere la entrega a domicilio y muchos desconocen las ventajas del autoservicio.
Estas barreras también representan oportunidades. La colaboración entre sector público y privado podría facilitar la instalación de lockers en estaciones de transporte y oficinas gubernamentales, mientras que campañas educativas ayudarían acambiar hábitos y generar confianza en el modelo.
El impacto real en la logística y la experiencia del cliente
Los beneficios potenciales son evidentes. Al consolidar entregas en un solo punto, las empresas reducen costos de transporte y aumentan la tasa de entregas exitosas. Para el consumidor, la conveniencia de poder recoger un paquete a cualquier hora elimina frustraciones y agiliza devoluciones. Además, los PUDOs generan un efecto económico positivo en pequeños negocios, que reciben ingresos adicionales y atraen clientes potenciales.
Los lockers ofrecen un valor agregado de modernidad y seguridad, integrándose a un estilo de vida urbano en el que el tiempo y la flexibilidad son cada vez más valorados. En ambos casos, se trata de soluciones que no solo resuelven un problema logístico, sino que también transforman la experiencia de compra.
Futuro y proyecciones: la combinación de lockers y PUDOs como columna vertebral del ecommerce
El crecimiento global de lockers y PUDOs es una señal clara del rumbo que podría tomar México. Se estima que este mercado crecerá a un ritmo superior al 12% anual hacia 2030. Para aprovechar esta oportunidad, los operadores logísticos deben trabajar en tres frentes: alianzas estratégicas que faciliten la ubicación de lockers en puntos neurálgicos de las ciudades, campañas de alfabetización que normalicen el autoservicio y la integración tecnológica con aplicaciones móviles, sistemas de geolocalización y soluciones de movilidad sustentable.
Si se logra combinar la tecnología de los lockers con la capilaridad de los PUDOs, México podría dar un salto cualitativo en su infraestructura logística y responder a las demandas de un ecommerce en plena expansión.
¿Moda pasajera o solución definitiva para la última milla?
Los lockers inteligentes y los puntos de recogida no son simplemente una moda pasajera. Representan una respuesta estructural a los desafíos logísticos de un país donde el ecommerce no deja de crecer. Aunque aún existen obstáculos regulatorios, culturales y financieros, las experiencias de Amazon, Estafeta, DHL y 99minutos muestran que el camino ya está en marcha.
El futuro de la última milla en México dependerá de la capacidad de combinar innovación tecnológica con soluciones accesibles y cercanas al consumidor. Si se logra superar la resistencia cultural y se construyen alianzas estratégicas, estas herramientas podrían convertirse en el pilar de una logística urbana más eficiente, segura y sostenible.